Si os preguntasen ¿cuál es la evolución más grande que han sufrido las botas de fútbol? Probablemente la mayoría diríais que las botas altas que vimos por primera vez en 2014.
También es probable que muchos de vosotros seáis demasiado jóvenes como para recordar el que para mí es el cambio más grande que han vivido las botas de fútbol. Ocurrió a finales de los 90. Y no lo hizo esa legendaria marca alemana que lleva toda la vida ligada al fútbol. Tampoco la multinacional americana que acababa de irrumpir en el fútbol en 1994 con una increíble estrategia de márketing.
Lo hizo una marca española. Joma se atrevió a finales de los años 90 a fabricar botas de color en un deporte donde todo el calzado era de color negro.
El fundador de la marca, Fructuoso López, siempre ha sido un visionario del mercado y creyó que con la variedad de tinturas de pieles que había en el mercado era posible hacer botas de color. Se había teñido la piel para el calzado de calle... ¿Por qué no podría haber también botas de fútbol de color?
El propio Fructuoso López fue el encargado de diseñar de las primeras botas de color. La primera bota de un color distinto al negro fue fabricada en blanco. Y el resultado fue decepcionante: ninguna tienda se atrevía a quería comprarlas. Joma tuvo que repartir algunos pares gratis a las tiendas más importantes para que las pusieran en su escaparate. Y además empezar a trabajar con futbolistas profesionales. Alfonso Pérez, jugador del Betis y delantero de la Selección Española fue el primero que se atrevió con ellas en el fútbol profesional.
Alfonso no era supersticioso y no tuvo problemas en llevarlas. Sin embargo sí que hubo algunas anécdotas curiosas como por ejemplo algún entrenador que le ordenó quitárselas o trató de de convencerle para que se las quitará. También la marca tuvo que hacer frente a muchas críticas, incluso de la prensa deportiva. Hay cosas que nunca cambian, de entrada los cambios nos asustan. Y nuestra reacción de entrada siempre es atacarlos en vez de esforzarnos en valorarlos.
Pero en la Eurocopa del 2000 ocurrió algo que lo cambió todo. Con españa prácticamente eliminada en la fase de grupos, Alfonso con sus Joma blancas en los pies marcó un gol en el descuento frente a Yugoslavia que clasificó a España para cuartos de final y la tendencia cambió. La imagen del gol de Alfonso y la celebración fueron un icono de ese verano del año 2000. Los futbolistas empezaron a aceptar este color de botas, las tiendas encargaban pedidos de las Joma Alfonso e incluso la prensa comenzó a destacarlas. El color había llegado al fútbol.
Aunque la consagración llegó en el año 2000 Joma ya había seguido avanzando en la fabricación de botas de color. Un joven manchego que acababa de fichar por el Real Madrid jugó en el año 1998 la final de la Champions League con unas botas rojas. Fernando Morientes había ido un paso más allá. El Real Madrid ganó la 7ª Copa de Europa en Amsterdam con Fernando Morientes en el 11 inicial y el mundo del fútbol comenzaba a normalizar la presencia de botas de color en el fútbol de élite
La explosión de las grandes marcas y las agresivas estrategias de marketing de las multinacionales, han relegado a Joma a un segundo plano. Un plano en el que Joma no se merece estar por calidad del producto y deseos de innovar. Coincidiendo con el 50º aniversario de la marca, las botas de fútbol Joma prometen dar un paso de gigante para recuperar el terreno y volver a ser una marca referencia en la fabricación de calzado de fútbol.