En 1995 me seleccionó la Selección Gallega sub-14 para ir al campeonato de España cadete. En ese momento me acerqué con mis padres a un centro comercial donde gasté los regalos de reyes, cumpleaños y santo juntos para que me pagasen mis primeras botas "profesionales". Tras abonar la friolera de 14.000 pesetas de la época me hice con unas adidas Predator Rapier, la 2ª generación de Predator. El enamoramiento fue instantáneo y, desde ese momento y hasta la actualidad, he usado todos los modelos de adidas Predator que han salido al mercado con la excepción de Predator Touch (1996).
Me enamoró el concepto transgresor de la bota en 1995, la apuesta arriesgada de adidas ante un estilo de bota que no se parecía en nada a lo que había pisado hasta la fecha un campo de fútbol. adidas con Predator enseñó al resto de marcas que "lo de siempre" no genera rechazo, pero tampoco admiración. Sin quererlo adidas desató una carrera imparable por evolucionar el desarrollo de las botas de fútbol. Estoy convencido de que sin Predator muchas de las botas actuales no existirían. ¡Quién sabe si seguiríamos con las botas de cuero y lengüeta reversible de casi medio kilo!
Tras dos años y medio vagando entre diferentes marcas y modelos de botas en marzo de 2017 me confirman el rumor: adidas Predator va a volver a finales de año. Reconozco que, con 35 años, me planteaba retirarme a final de la temporada pasada. Imaginad hasta que punto me impactó la noticia de la vuelta de adidas Predator, que ese día de marzo tomé la decisión. Jugaría una temporada más sólo para probar las nuevas Predator. Unas semanas después de conocer la noticia estaba en las oficinas de adidas en el Santiago Bernabeu, reunido con algunos de los diseñadores de adidas que se han desplazado desde Alemania y con una Predator 18 en mis manos.
La primera sensación reconozco que fue la misma que he leído estos días en las redes sociales de muchos influencers, "¿esto es realmente una Predator?". A mi también me pareció una simple evolución de adidas ACE 17. Me sentí decepcionado, de la misma manera que me sentí en 2012 con el nacimiento de Predator LZ (en alguna ocasión he comentado que en mi opinión con LZ se inició el declive de la saga). En el tren de vuelta a Zaragoza le di vueltas a la cabeza: "¿Qué te esperabas? ¿Una Predator Manía? Eso sería lo fácil para adidas, pero sería volver a lo anterior. Y adidas Predator si se caracteriza por algo es por mirar hacia delante y salirse de la zona de confort". Así que decidí darle una segunda oportunidad y no hacer un juicio de valor antes de saltar al campo con ellas.
Tras una tensa espera estamos llega el mes de noviembre. Unas Predator 18 FG de la talla 9,5 UK caen en mis manos y por fin puedo saltra al campo con ellas y ahora sí tengo una opinión formada.
Os quiero contar mis 5 MOTIVOS POR LOS QUE ADIDAS PREDATOR 18 ES UNA PREDATOR DE PURA RAZA.
- Porque Predator 18 no nos da lo que queremos, nos da lo que necesitamos. Igual que en 1994 adidas no sacó la bota que esperaba la gente, sacó la bota que no existía todavía en el mercado, ampliando el abanico de posibilidades del futbolista. adidas en 2017 vuelve a salir de su zona de confort . ¿Os imaginais cuántas Predator se venderían si el modelo de nuevo estuviese inspirado en Accelerator, Precision o Mania? Pero eso habría sido muy fácil para adidas. Y muy decepcionante para mi. Si la bota no genera polémica en su lanzamiento no tendría el ADN Predator.
- Porque el fútbol ha cambiado. ¿Qué sentido tienen ahora unas escamas como las de las primeras generaciones de adidas Predator? Estamos casi en 2018, todos los balones, incluso los de gama baja, tienen una superficie en 3D y varias capas internas que ya hacen la función del basto Predator Element original. Poner unas abruptas escamas de goma ahora sería una ornamentación innecesaria para satisfacer las ansias retro de muchos de nosotros. Pero tan inocuas como los alerones de 30 centímetros de altura que ponen en sus Hyundai Coupe algunos jóvenes sedientos de velocidad para pasearse por el barrio aparentando ir en un súperdeportivo.
- Porque los materiales de fabricar botas han evolucionado. Predator 18 respeta el doble objetivo de la saga desde su nacimiento: armar el pie en cada golpeo y tener grip entre la bota y el balón. Tras probar Predator 18 el objetivo está más que cumplido: el primeknit más grueso que he probado nunca, las escamas en la zona de golpeo de espuma interna arman el pie hasta hacerlo insensible a los golpeos y el agarre gel externo que adidas llama Control Skin la convierten en la Predator más Predator de la historia.
- Porque adidas respeta los clásicos. Para los que le dais una importancia elevada a la estética adidas hace suficientes guiños a las Predator originales. El color rojo que asoma en la zona donde estaría ubicada la lengüeta, la tipografía Predator original de 1994 en diferentes partes de la bota, la talonera externa, la decoración agresiva. Dándole vueltas a la estética de la bota ahora me pregunto cómo he podido dudar en marzo de que se trataba de una Predator.
- Porque el rendimiento es espectacular. Olvidémonos de que es Predator. Olvidémonos de si nos gusta o no la estética de la bota. Vaciemos la mente. Si nos ponemos la bota con los ojos cerrados y salimos a jugar al fútbol sin saber qué llevamos en los pies. Porque descubriremos una bota sensacional: armada pero con un peso reducido, maleable en los puntos de flexión del pie, rígida en los puntos débiles y sin articulación del pie y el tobillo, con un ajuste desde el minuto uno como si llevásemos cien partidos con ella. Con una respuesta en carrera y al golpeo de balón exquisito.
Entiendo que a los más puristas de entrada os pase como a mi, que penséis que no es una Predator. Pero una vez superado el shock inicial pensad en los 5 puntos que nombro, visitad una tienda y cogedla en la mano, pedid vuestra talla y probad a meter el pie dentro de Predator 18. Vuestras dudas se resolverán de manera inmediata.
Predator ha vuelto. Y lo ha hecho más fuerte que nunca
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