Si eres un amante del mundo balonperístico como nosotros, tu corazón puede haberse visto dividido entre dos mundos: por un lado el fútbol, un deporte donde la magia y el espectáculo están a la orden del día; por otro lado el fútbol sala, un campo de 40 metros donde no hay espacio ni margen para el error. Muchos consideran al futsal una variante más reducida del fútbol, pero nada más lejos de la realidad. Son deportes distintos con necesidades distintas. Las camisetas, el uso o no de guantes o el calzado deportivo, del que hablaremos a continuación, son sólo algunas de las diferencias que se pueden observar entre estos dos.
La primera diferencia entre las botas de fútbol y las zapatillas de fútbol sala radica en las suelas. Por un lado, todos hilamos el mundo del fútbol con el color verde del césped donde se juega. Y es precisamente por esto último por lo que sus botas vienen provistas de una serie de tacos que estabilizan al jugador sobre un terreno normalmente blando. Por otro lado, las suelas del fútbol sala buscan una superficie lisa que se apoye bien sobre el parqué o material sintético donde se juegue para repartir bien el impacto de la pisada.
Otra de las principales diferencias reside en la media suela, una zona crucial en las zapatillas de fútbol sala pero inexistente en las botas de fútbol. La dureza del terreno en las pistas de futsal hacen imprescindible el uso de una zona que amortigüe la dureza de los apoyos sobre el 40x20. Sin embargo, la esponjosidad de los terrenos de fútbol con el uso de hierba natural, o en su defecto el caucho del césped artificial, hacen innecesario el uso de media suela para sus botas. Aunque sí es cierto es que algunas marcas ya han añadido algo parecido a una media suela para el fútbol como el uso del material BOOST incrustado dentro de la suela para la bota de fútbol adidas Ace 17+ Purecontrol.
Si pasamos a hablar de los materiales usados para las carcasas veremos que también presentan diferencias notables. Al ser el césped natural una superficie, normalmente, poco abrasiva las marcas suelen dotar a sus botas de materiales de primerísima calidad. Estos son creados para rendir al máximo nivel pero tienen la pega de ser tejidos poco duraderos. Todo lo contrario ocurre en el fútbol sala, un terreno sobre el que es muy difícil ver a jugadores con zapatillas confeccionadas en piel de canguro o materiales muy delicados. Como sucedáneo a ese tipo de tejidos, las firmas optan por el uso de una piel natural algo más dura como la de vacuno o pieles sintéticas. Un claro ejemplo de esto son las nuevas zapatillas de fútbol sala Nike TiempoX Finale que están realizadas en piel de vacuno cuando sus botas homólogas en el fútbol, las Nike Tiempo Legend VII, son de piel de canguro. Aunque parece que la industria de calzado deportivo está dejando poco a poco de lado el uso de carcasas naturales sustituyéndolas por materiales sintéticos como el NikeSkin de Nike o el Primeknit de adidas.
Además de todo esto, algo que cabe destacar es el conservadurismo que suelen presentar los jugadores de fútbol sala. Unos deportistas que suelen ser muy reacios a cambiar de modelo buscando siempre sensaciones conocidas. Quizás fruto de este ‘tradicionalismo’ muy pocas veces veréis a jugadores de futsal profesional calzando una zapatilla de calcetín alto como las de Nike con el Flyknit Collar. Todo lo contrario que la mayoría de jugadores de fútbol que cada poco tiempo cambian de bota y se adaptan a las nuevas tecnologías.
En definitiva, las zapatillas de fútbol sala y las botas de fútbol pueden parecer el mismo calzado con una suela distinta, pero nada más lejos de la realidad. Son creaciones específicas para deportes específicos.
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