A pesar de que en una primera impresión pueda parecer una bota relativamente continuista, el cambio de materiales en la carcasa por parte de Nike, es realmente notorio. Veamos si ese cambio es una evolución en toda regla.
En la versión pasada de las botas de fútbol Nike Mercurial, teníamos una placa fabricada entera en Flyknit, la cual daba un ajuste espectacular con un grip realmente bueno para una bota de este estilo. Sin embargo, en las nuevas Nike Mercurial Dragonfly, el Flyknit se centra en la zona del tobillo (sobre todo en la versión Superfly) y cordaje, básicamente donde necesitamos el ajuste especial y compresivo que ofrece el material estrella de Nike.
Pero entonces, ¿dónde están las novedades en el upper? Pues bien, las tenemos en el nuevo diseño que devuelve a Mercurial a sus orígenes con el uso de las tecnologías, VaporSite Upper y Technical Componentized Upper. Esta tecnología combina 4 materiales diferentes, los dos iniciales que dan forma a la bota, y permiten que tengamos un soporte perfecto a pesar de los agujeros que se pueden ver en el interior, y son denominados Avail Q Lining Material y Titan Synthetic. Luego, el acople del upper se termina por ejecutar con el Engineered Mesh, que es básicamente el trenzado del propio material sintético. Por supuesto, todo este conjunto necesita un recubrimiento, el cual se consigue con Duragon WT Skin, el cual además de impermeabilizar la bota, permite un muy buen grip con el balón.
Y bien, ¿Qué nos dan estás tecnologías? Una superficie más fina comparada con la pasada generación y un poco (solamente un poco) más pegada al balón, además de darnos un mejor soporte en movimientos laterales, gracias, en parte, a la propia construcción del material con las tecnologías ya mencionadas. Un cambio a mejor y que tiene ciertos recuerdos a las antiguas Nike Mercurial Vapor XI.
Por parte de la suela también tenemos cambios, ya que, si bien se mantiene el mismo reparto y forma de los tacos, tenemos una tira central que complementa al antiguo Aerotrak y que hace que la bota sea más firme y más reactiva, tanto en salidas y arrancadas como en torsiones laterales.
En conclusión, ambas botas aun con materiales diferentes nos dan unas sensaciones de juego relativamente similares. Con el cambio, Mercurial vuelve a sus orígenes con una superficie sintética, muy ligera y moldeable que con unos pocos usos se ablanda y deja de lado el confort y acople al estilo “calcetín” que otorgaba el Flyknit en la pasada generación. Un movimiento que nos otorga una Mercurial mucho más Mercurial ya que mantiene el sello de velocidad y ajuste finísimo característico en la historia del silo y que de rebote, da mucho más sentido a las botas de fútbol Nike Phantom GT, las cuales conservan el Flyknit y que seguro volverán a traer a ese público con el pie algo más ancho que se había pasado a Mercurial por el ajuste de este material. Nike, como nos tiene acostumbrados, no defrauda.