Es necesario ampliar los contenidos a trabajar en la formación de los porteros. Además de los aspectos técnico-tácticos es necesario desarrollar unas competencias emocionales o psicológicas, específicas de dicho puesto. Se trata de valores específicos y habilidades emocionales que incrementen su formación como porteros, de forma que además de disponer de unas excelentes cualidades físicas, técnicas y tácticas han de SER y SENTIR como auténticos porteros.
Existen muchos condicionantes que afectan al estado emocional del portero de fútbol, como “entender la soledad en un trabajo colectivo o de equipo”, “Dirigir o dar instrucciones a los compañeros, liderar desde la portería”, “Competir cada día”, “Desarrollar habilidades para el autocontrol emocional: control de la ansiedad, el estrés y el enfado”… pero me gustaría comentar más a fondo los que considero más importantes.
Aceptar y convivir con la posibilidad del error.
El error del portero es muy evidente y determinante sobre el resultado del partido. Desde una lógica emocional el portero está pendiente de no cometer errores, lo que le hace estar mucho más inseguro. Hay que entender que el error forma parte del juego y que es imposible no fallar nunca. La diferencia está en si sabe manejar la situación después de un error o si es la situación la que maneja al portero. Si consigue inmediatamente focalizar de nuevo la atención sobre el juego o si se va del partido y ya no se consigue volver a él.
Contagiar seguridad.
El portero contagia sus emociones a su equipo y a la grada. La inseguridad del portero resta confianza de sus compañeros en él, haciéndoles más difícil la labor defensiva. El portero es un gran “transmisor” de estados anímicos. Es el primero que debe dar seguridad al equipo. En las primeras acciones del partido conviene no arriesgar y efectuar varias intervenciones sin ningún titubeo. Todo lo contario debe hacer al final del partido donde el portero debe transmitir control de la situación arriesgando en esas acciones finales.
Aceptar y saber convivir con las críticas.
El futbolista hace un trabajo “público” en cuanto que lo desarrolla ante los ojos de aficionados que están en la grada. Es como trabajar en un “escaparate”, a la vista de cualquiera. No resulta fácil aislarse de esta circunstancia y centrarse totalmente en su trabajo. Es necesario dotar al portero de recursos de tipo psicológico que le ayuden a convivir con su “examen” semanal.
Manejo interno de la propia autoconfianza individual.
El portero debe trasladar confianza desde su trabajo. No puede esperar que el entrenador le “regale” confianza. Nadie le va a conceder una confianza ciega. Es una expectativa equivocada por parte de muchos futbolistas. Son ellos los que deben convencer a sus entrenadores, lo que solo es posible desde el manejo de la propia autoconfianza. Los demás pueden dudar pero uno no puede dudar se sí mismo. Esto resulta difícil que surja espontáneamente cuando el futbolista es joven o está en proceso de formación. Hay que enseñarle y trasladarle recursos para que sepa navegar en el mar de las dudas ajenas.
Competir cada día.
Equivocadamente, el joven portero piensa que está perdiendo el tiempo al no poder jugar con continuidad. Así, sin darse cuenta, está despreciando la oportunidad que le ofrecen los entrenamientos para competir. El compañero se ha de convertir en el rival a superar, siempre desde el trabajo bien hecho. Debe aprender a convivir con este tipo de situaciones sin que hagan mella en su ánimo ni en su trabajo.
Es importante que el entrenador de porteros cree un ambiente de competencia sana entre los porteros desde el primer entrenamiento. Es sorprendente lo habitual de muchos porteros que después de la primera jornada, tras conocer la elección del entrenador en la portería, se relajan y dejen de trabajar con la intensidad necesaria. Es un error que cometen tanto los porteros que consiguen ser titulares (tienen la falsa sensación de haber conseguido la meta de la temporada), como los suplentes (asumen mal su rol y ya no compiten).
Gracias a la psicóloga de nuestro equipo (RSD Santa Isabel, Zaragoza) @YolandaCuAy por esas tareas antes de cada entrenamiento, de cada partido, que nos hacen salir convencidos de nosotros mismos… por ayudarnos a reforzar nuestras competencias emocionales y psicológicas que no sólo nos valen en el deporte sino también en nuestra vida diaria… sin ti, no habría sido posible.