Os presentamos a Ander Greño, un joven que pese a ser uno de los porteros más destacados de su edad en el País Vasco (por algo los mejores equipos se han fijado en él) está labrando su camino en una dirección paralela. Su pasión es la de entrenar porteros, incluso por encima de jugar y competir, y esto hace que las decisiones que ha ido tomando en su carrera deportiva vayan en este sentido. Parte de esta curiosa pasión para su edad se desarrolló en los Campus Élite de Futbol Emotion a los que lleva viniendo de manera continua desde el año 2013.
¡Muy buenas Ander! Llevas practicamente toda tu carrera deportiva en el Aurrera. ¿Cuál es tu vinculación con el club?
Comencé en el C.D. Lakua Arriaga que es el equipo de mi barrio, tenía 7 añitos y apareció un día por allí Toño, un ojeador del Club Deportivo Aurrera. Habló con mis padres y nos ofreció cambiar de club y en esa misma temporada ya fui a algún torneo con ellos. En aquel momento el Aurrera era el filial del Athletic Club y me lo pasaba genial cuando me convocaban. Desde entonces estoy aquí.
Este año en concreto he jugado en la categoría cadete liga vasca, personalmente para mi ha sido una temporada dificil, hemos descendido y eso duele mucho. Lo único que me ha mantenido despejado ha sido la oportunidad que me ha dado el club de poder entrenar a los benjamines y alevinas a lo largo de esta temporada. Han confiado en mí para ello y les estoy muy agradecido, de hecho ya he confirmado mi continuidad para el año que viene y esto me motiva muchísimo. Me divierte mucho entrenarles y he descubierto que me aporta mucha satisfacción personal, sobre todo cuando pasan un mal rato y puedo consolarles, porque nadie mejor que otro portero sabe como se sienten. Creo que es lo que más me atrae de ser entrenador. El portero es una posición muy especial y muy solitaria, y por mucha valentía o personalidad que tengas, siempre necesitas un apoyo.
Lo que más me gusta a mí con mis porteritos y porteritas es que se sientan comprendidos, que no se sientan solos y sobre todo que disfruten. Si saltar al campo es un sufrimiento, eso ya no es fútbol. Quiero enseñarles a ser felices dándole patadas a un balón. A mí me lo enseñó mi hermano mayor Eneko, "busca la felicidad en todo lo que hagas", me dijo una vez, y desde entonces lo admiro aun más.
Además sabemos que has tenido opciones de salir a alguna de las mejores canteras de España y sigues fiel a tu escudo. ¿No te tentaba probar suerte?
Jo claro que sí. ¡Al Deportivo Alavés nada más ni nada menos! No recuerdo en qué año fue cuando el Aurrerá de Vitoria pasó a ser filial del Deportivo Alavés. Me convocaban a tecnificaciones y torneos, además todos los entrenadores nos trataban genial. De hecho mis dos trofeos más importantes los gané con ellos, al mejor portero en 2014 y 2016, fueron dos momentos muy emocionantes para mí. Supongo que mucha gente no comprendió por qué no me fui al Alavés cuando me lo ofrecieron, pero solo puedo decir que fue una decisión muy dificil y a la vez muy meditada. Lo que más agradezco es la confianza que mis padres depositaron en mí, porque ellos ni siquiera me dieron su opinión, dejaron que yo decidiera por mi mismo.
Claro que a veces dudo si la decisión que tomé fue la acertada o no, ¡soy del Alavés a muerte! es el equipo de mi ciudad, pero también es cierto que no me arrepiendo de las decisiones que he tomado y me siento muy orgulloso de pertenecer al Aurrera, y como decimos aquí: "Este es mi escudo y estos son mis colores, gora Aurrera".
Quizá puede estar relacionado con tu interés por ser entrenador. ¿Desde cuando sueñas con formar al próximo De Gea o Kepa en lugar de ser uno de ellos?
Bueno, de momento es genial poder seguir jugando y compaginarlo con entrenar a mis pequeñitos, aunque no puedo negar que cuando ves a un portero con buenas maneras siempre vas más allá y piensas en lo que puede convertirse y a dónde puede llegar.
Me apetece más formar parte de la formación de los chavales en edades tempranas que siendo más mayores. Creo que la base es importantísima y es cuando más apoyo y ayuda necesita un portero, cuando más dudas tienes y cuando más necesitas que te enseñen trucos, técnicas y que te sumerjan en el mundo de la portería sin asustarte. Quiero enseñarles a sobrellevar la presión, a superar sus miedos, a disfrutar de la portería y a que no tengan pájaros en la cabeza, porque es entonces el momento en el que habrán aprendido lo más importante. Lo que tengo claro es el momento en el que se encendió algo en mi cabeza diciéndome que quería ser entrenador, y fue tras un campus de verano vuestro en Santoña. Salí emocionadísimo, con muchas ideas y mucha motivación, y desde entonces no he parado hasta conseguirlo.
¿Qué te "duele" más, encajar un gol o que se lo marquen a uno de tus porteros?
Encajar un gol, sin duda. Eso duele mucho, y si encima te lo marcas en propia... eso ya es un calvario que se te queda grabado a fuego durante mucho tiempo. Los goles a mis porteros y porteras son lo que tienen que ser, no hay que hacer ningún drama, al revés, hay que explicarles cómo hacer para la próxima vez y darles tranquilidad. Además ellos saben que tienen mi protección y los defenderé siempre ante las críticas. Los goles a mis porteros no me duelen, me duele que ellos sufran. Yo quiero animarlos como han hecho conmigo otras grandes personas.
Esta temporada, un sábado por la tarde después de un partido desastroso, me tomé una coca cola con Aitor Ocio, él me ayudó a digerir aquel mal trago, sus palabras fueron vitales para mi en aquel momento. Me dijo que siempre vamos a tener errores, que no sería ni el primero ni el último, que incluso a los mejores les pasa pero hay que aprender a disfrutar del camino, "hacer que este sea divertido".
Es curiosa tu vocación educativa en un mundo como el del fútbol en el que la gran mayoría sueñan con ser la estrella. ¿Cuánto han influido en esto los Campus Élite de Soloporteros?
Muchísimo, lo que más me llamó la atención desde el principio es el buen rollo que hay entre los entrenadores, a veces era incluso como estar jugando con un amigo más. Pero a la vez son unos máquinas, te enseñan siempre cosas nuevas, no se guardan nada para ellos, te lo quieren enseñar todo. Los admiro porque son porteros semi o profesionales que te tratan de tú a tú, se ponen serios cuando se tienen que poner, pero no son altivos aunque pertenezcan a la élite, nos tratan con mucho cariño y nos cuidan. A los más pequeños se les trata como a reyes y a nosotros con mucho respeto.
Estamos hablando con un fiel asistente a nuestros campus. Desde 2013 has ido a Santoña, pero este año te has cambiado a Benasque, ¿por qué?
Santoña ha estado muy bien, de entrada, para el que no haya estado en ningún campus y quiera probar, es el que yo recomiendo porque el campo es muy bueno, la temperatura muy agradable y tenemos la playa. Lo que pasa es que yo esta temporada que viene empiezo a jugar en hierba natural y Santoña es artificial. Al ver que Benasque era natural comencé a darle vueltas a la idea de cambiar. En Santoña he aprendido mucho y me lo he pasado genial, les echaré de menos a todos, sobre todo al "casi vitoriano" Tito Zubero, pero me temo que tengo claro a donde voy al año que viene.
Sin duda me ha encantado. El pueblo es súper bonito, además este año de manos de Falcón, he recibido el guante de oro. ¡Será un recuerdo imborrable de Benasque!
¿Recomendarías los campus a los jóvenes que sueñan con la portería como tu?
Por supuesto. Entrenar de forma específica, convivir con otros porteros que comparten tu locura y hacerlo acompañado de grandes profesionales es una oportunidad única. Siempre los recomiendo a mis porteritos y a mis amigos. Este año en Benasque hemos hecho un grupo de amigos alucinante, hemos compartido muchas risas y hemos sido capaces de motivarnos los unos a los otros en cada entreno. Hemos llevado nuestra pasión al máximo. Cuando descubres que llegas a balones imposibles gracias a todo lo que te enseñan en el campus los entrenadores, es una sensación estupenda. Y si a todo esto le añades esa amistad que se genera en un grupo de nueve tios locos, la diversión está asegurada. El año que viene volvemos seguro. Lo que no sé es si Rubén Falcón querrá volver a ser el tutor de nuestro grupo, lo hemos vuelto un poco loco, aunque creo que se lo ha pasado muy bien con nosotros, es un máquina y nos ha tratado genial. Es una pasada convivir con un portero tan importante como él y que se comporte con nosotros como si fuera uno más.
Sabemos que son tradición en tu familia tanto la portería como el Aurrera. ¿Es verdad que le rindes homenaje a tu abuelo antes de cada partido?
Sí, así es. Mi abuelo Pedro era portero, jugó en el Haro, en el Irún, el Alavés y el Aurrera, entre otros, nada me hacía más ilusión que llegar a donde él llegó. Desde pequeño cuando salto al campo corro hasta la portería sin pisar las líneas y entrando a cada sección del campo con la pierna izquierda y cuando llego a la portería salto en carrera con la pierna derecha, toco el larguero con la mano izquierda y al caer doy dos botes dentro de la línea de gol. Mucha gente puede pensar que esto es una manía, que es de locos, pero no, una vez hace años mis padres me preguntaron por qué tenía esa manía, y yo les dije que no era tal, cuando tocaba ese larguero lo que hacía era chocar la mano con mi abuelo que estaba sentado en él. Yo no conocí a mi abuelo Pedro, pero mi abuela Mentxu me ha hablado tanto de él y me ha contado tantas y tantas anécdotas de partidos asemejándolo conmigo, que es como si lo hubiera conocido, por eso siempre lo he llevado conmigo en una foto que guardo en mi funda de las gafas. Siempre miro a ese larguero con el cielo de fondo, y le pido a mi abuelo Pedro ayuda y serenidad. A veces cuando pierdo suelo pensar que le he chocado demasiado fuerte, se ha caído del larguero y el tío enfadado no me echó una mano.
En mi familia hay mucho futbolista, mi tito Joaquín es delantero en el Navalcarnero, un crack. Mi otro abuelo, Enrique, era árbitro de fútbol, también fallecido, era muy amigo de mi auelo Pedro. No imagino un partido mío con ellos dos en la grada, hubiera sido la leche lo que hubieramos disfrutado los tres. Al menos yo sé que los tengo ahí arriba, sentados en el larguero echándome un cable.
Y para terminar, una pregunta directa: Si te dieran a elegir entre ser portero del Athletic Club o ser entrenador de porteros de España en el mundial, ¿qué elegirías?
Bueno, bueno... A ver, ojalá me queden años todavía por jugar, la adrenalina de los penaltis no la cambio por nada, y en un futuro ser entrenador a tan alto nivel. ¡Ostras, claro que sí! Pero si pudiera elegir, un sueño para mí es llegar a ser entrenador en los Campus Élite de Futbol Emotion.
Hemos querido que nos comparta su punto de vista la familia de Ánder. ¿Qué os parece la afición del chico por entrenar a jóvenes porteros?
Nos parece fenomenal porque a él se le ve muy feliz. Haga lo que haga, lo que nos parece importante es que desarrolle sus capacidades al máximo, que para ello elija un camino saludable y que en todo lo que haga busque la felicidad personal. Nos hace sentir especialmente orgullosos su capacidad de sacrificio por los demás, su serenidad y su compromiso. Él es igualmente correspondido por el club en el que está y eso es de agradecer.
La ilusión de esta semana es que llegue el fin de semana para ir a verle en cada partido, es curioso como este deporte hace que disfrutemos y suframos a la vez. ¡No hay mejor plan en familia! Y por supuesto le apoyamos en todas las decisiones que toma, que no las hay ni buenas ni malas, simplemente es un camino de aprendizaje. Nos gusta verle jugar, pero verle entrenar a los pequeños también es muy bonito, despierta en él una faceta interesante y enriquecedora, creemos que para ambas partes.
¿Qué os parecen los eventos de Futbol Emotion? Son muchos años de fidelidad con nosotros, ¿por qué se los recomendarías a otros padres de porteros?
En nuestra opinión, los eventos de Futbol Emotion gozan de prestigio y de una gran infraestructura totalmente profesionalizada. Los recomendamos por varios motivos. En primer lugar, aportan conocimientos deportivos extra a los chavales, les ayudan a madurar y a crecer, porque tienen que aprender a valerse por sí mismos. Por ejemplo, en los campus élite durante una semana se requiere de disciplina y orden sin estar los papas por detrás. A la vez les hace salir a un mundo de deporte y diversión donde conocen diferentes lugares y personas y permite entablar nuevas relaciones, que en el caso de nuestro hijo, terminan convirtiéndose en grandes amigos varios de ellos.
Por otra parte la calidad humana y generosidad por parte de la organización es incuestionable. Cuidan de nuestros hijos como si fueran de ellos, y su preocupación por los chavales va más allá de los eventos y campus. Se preocupan por su trayectoria deportiva y también por la personal, y me consta que hay padres muy agradecidos por la implicación que han encontrado en estos profesionales. En definitiva, somos niños y padres, que volvemos año tras año porque no solo se trata de Futbol, Futbol Emotion es también "vida".
Tengo entendido que su hermano Eneko es su mayor fan. ¿Tu qué piensas Eneko, tiene más madera como portero o como entrenador?
Estoy seguro que como entrenador lo hará bien porque es un tío elegante, pero tengo que reconocer que a mi lo que me gusta es ver jugar a mi hermano. Claro que soy su mayor fan, incondicional. En los partidos me gusta ponerme detrás de la portería, no sé, como protegiéndolo... Creo que a él le gusta aunque no lo diga. A mí me gusta que sepa que estamos ahí para que todo lo que oiga por detrás sea únicamente positivo.
Yo no quiero que sea el mejor portero, pero sí el más feliz, aunque para mí siempre será el mejor en todos los sentidos. Me gusta que mi hermano sueñe pero con humildad y cabeza. Y sobre todo, me enorgullece decir que soy el hermano mayor de Ander Greño.
Y la misma pregunta que le hemos hecho a Ander para terminar; si os dieran a elegir entre que sea portero del Athletic o el entrenador de porteros de España en el mundial. ¿Qué elegiriáis?
Nos quedamos con la respuesta de Ander. Hace un año soñaba con entrenar a los pequeñitos del Aurrera y lo ha conseguido. De modo que si tenemos que elegir algo para él, elegimos que sea feliz persiguiendo sus sueños.
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